En mi condición de perredeísta y de Enriquillense, asfixiado por el crecimiento desmedido del lago Enriquillo quedo con mucho por desear de esos 28 días de gobierno, sin dejar de saber que este, nace de una gestión anterior, de un total de doce años de gobierno, del presidente y líder del partido que les sustenta, al cual le debe los mayores esfuerzos en la consecución de lo que es hoy día, el presidente de todos los dominicanos.
Con medidas tibias y otras esperanzadoras, han discurrido los días referidos, en los que resalta fundamentalmente, la condición de hombre discreto, inteligente, paciente y comedido, que para dirigir los destinos de una nación descalabrada por la mentalidad de gobierno de su antecesor, pueden ser factor fundamental en la conducción de los próximos 1430 días.
Apostamos a la esperanza, que es lo último que se debe perder, de que al final, las acciones del presidente de un país presidencialista, en el cual, esa cualidad resalta con mas relevancia, y dentro de esas acciones que nos suman la esperanza, está la decisión de volver los equipos y las acciones al interior del país por parte del ministerio de Obras Públicas, la acción y reedición de las ayudantías, que nos recuerdan el gobierno de don Antonio Guzmán Fernández, mejor valorado del pasado, por su apoyo al campo y la inversión, en agro, escuelas, centros pequeños de salud y por tanto deseabilidad del campesino, de vivir en él.
La ayudantía de Neiba por ejemplo, fue de los primeros pedimentos hechos por don Néstor Matos, a su amigo y compañero don Antonio Guzmán, que junto al inicio de construcciones de clínicas y escuelas,
Para nueva satisfacción nuestra, en mi condición de vicepresidente de la gran Asociación de regantes “
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